Haitianos, senegaleses, venezolanos, palestinos, colombianos y filipinos reciben atención, cariño y ayuda
Desde 2001, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebra el 20 de junio el Día Mundial del Refugiado. Mucho más que un día se celebra, la fecha clama por una llamada de socorro a esa parte de la población mundial que sale de su territorio de origen en busca de dignidad y de una mejor calidad de vida.
Desde hace cinco años, la Universidad Feevale desarrolla acciones que impactan positivamente en la vida de los refugiados e inmigrantes que llegan a la región. A partir de este año, la iniciativa pasó a componer el proyecto de extensión e investigación Centro de Educación en Derechos Humanos (Ceduca DH), que también abarca a otros públicos y busca promover experiencias integradas para la realización de derechos individuales y colectivos y la construcción de una cultura de paz, por medio de la educación en derechos humanos.
En un mundo globalizado, donde se facilita el acceso a teléfonos móviles y redes de internet, el proyecto se benefició de las plataformas virtuales y de las herramientas con WhatsApp para mantener su atención sobre los extranjeros en el período pandémico. La tecnología permitió que el Ceduca DH siguiera realizando las clases on-line de Lengua Portuguesa, los talleres de creatividad y de realidad brasileña. Además, promovió el acceso gratuito a atenciones legales y psicológicas, así como actividades para los niños en proceso de alfabetización. En el período, el proyecto entregó cestas básicas, productos de protección individual, principalmente máscaras y alcohol en gel, e hizo que profesionales discutieron con los participantes sobre la Covid-19, la planificación financiera y el derecho laboral.
Según la profesora Márcia Blanco Cardoso, líder del proyecto, actualmente el Ceduca DH mantiene la atención sobre haitianos, senegaleses, venezolanos, palestinos, colombianos y filipinos. Según ella, el impacto de la crisis económica causada por la pandemia presentó, nuevamente, muchas cuestiones relacionadas al empleo y a la vida del ciudadano. "El proyecto es fundamental porque crea vínculos con estos individuos y sus familias. Somos mucho más que una asesoría, somos la mano que extiende y auxilia cuando ellos necesitan de alguna ayuda o de alguien que pueda informarles dónde ir, dónde buscar determinada ayuda. Esa red se mueve y hace que ellos mismos colaboren unos con los otros", observa.
Estoy muy orgulloso de decir que contribuimos a transformar la vida de esas personas. Algunos se han convertido en emprendedores, otros están en la educación superior, con una nueva perspectiva de vida", destaca.
La pandemia que aleja también acerca. La profesora cuenta que muchos inmigrantes que ya pasaron por el proyecto y después se distanciaron están haciendo nuevamente el proceso migratorio y se acercan, aún viviendo en otros lugares, hasta por la facilidad de la conexión y del modelo implementado. "Ese ha sido un proceso interesante, tanto que pretendemos continuar con los dos formatos para poder atender cada vez más personas", evalúa.
En su nuevo formato, el proyecto, en colaboración con la Secretaría Municipal de Educación de Nuevo Hamburgo, está completando una encuesta para mapear a todos los niños extranjeros que están matriculados en la red municipal de enseñanza, para ayudar en el acercamiento de los migrantes con los profesores y demás estudiantes. Además, el Ceduca DH promueve la formación en derechos humanos y la inmigración a escuelas, instituciones no escolares y agentes de seguridad pública.
